- Título: El Diario de Ana Frank
- Título Original: Het Achterhuis
- Autor: Ana Frank
- Género: Clásico, Memorias
- Páginas: 222
- Año de publicación: 1946
Fragmentos
"...tengo ganas de escribir y mucho más aún de desahogarme y sacarme de una vez unas cuantas espinas. 'El papel es más paciente que los hombres'. (...) He llegado al punto donde nace toda esta idea de escribir un diario: no tengo ninguna amiga. (...) Al parecer no me falta nada, salvo la amiga del alma."
"Le prometeré que, a pesar de todo, perseveraré, que me abriré mi propio camino y me tragaré mis lágrimas. Sólo que me gustaría poder ver los resultados, o que alguien que me quisiera me animara a seguir.
No me juzgues, sino considérame como alguien que a veces siente que está desbordando."
"Observo lo que le pasa a una tal Ana Frank con toda parsimonia y me pongo a ojear en el libro de mi vida como si fuera ajeno."
"Una y otra vez me pregunto si no habría sido mejor para todos que en lugar de escondernos ya estuviéramos muertos y no tuviéramos que pasar por esta pesadilla, y sobre todo que no comprometiéramos a los demás. Pero también esa idea me estremece, todavía amamos la vida, aún no hemos olvidado la voz de la Naturaleza, aún tenemos esperanzas, esperanzas de que todo salga bien."
Reseña
El Diario de Ana Frank no necesita una sinopsis. Todo el mundo sabe (o debería saber) quién fue ella.
Por eso decidí compartir fragmentos de su diario, algunos de los que más me llegaron.
El Diario de Ana Frank empieza con sus regalos de cumpleaños de 1942. Si bien Ana empieza este diario con la necesidad de encontrar una amiga a la cual le pueda confiar todo, se termina convirtiendo en el testimonio de una época.
El diario se presenta en forma de cartas dirigidas a Kitty y relata desde junio de 1942 hasta agosto de 1944. Dos años, donde la mayor parte del mismo fue escrito en La Casa de Atrás, donde permaneció escondida junto con su familia, la familia Van Daan y un dentista que acojen un tiempo después. Como es un diario, por momentos se vuelve bastante rutinario donde no pasa nada y Ana se dedica a relatarnos sus comidas, las quejas de la señora Van Daan, las múltiples peleas que aparecen casi a diario e incluso las cosas que hacen en el baño. Pero Ana nos sorprende con sus momentos de reflexión donde los tópicos pueden ser la guerra, su carácter, el amor, el sexo, la libertad, la condición de la mujer, etc. Otra cosa que me sorprendió, fue su forma de escribir.
A partir de 1944 descubrimos cuánto ha madurado, empieza a escribir más seguido y a reflexionar cada vez más. Cuando profundiza o nos cuenta sobre la guerra, es realmente impresionante su punto de vista (aunque supuse que debe haber estado bastante influenciada por lo que escuchaba de las conversaciones adultas). Tiene lugar una historia de amor. Y hacia el final, se nota el optimismo que los rodeaba donde ella misma se atreve a decir que para octubre quizás ya vuelva a la escuela. El final, no del diario sino de Ana, es más triste por el peso de la última entrada de su diario y ni hablar de que estuvo tan cerca de sobrevivir a la guerra y al holocausto por tan poco.
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Ana es bastante dramática, muchas veces se victimiza y cae en la idea de que está sola en el mundo y que nadie la entiende. Al principio es bastante crítica y criticona, hasta el punto de pasarnos lista de sus compañeros de colegio con todos sus caracteres bien detallado. Es bromista y chillona, pero también es profunda y madura. Ana es dual, como digna geminiana que es. Ella misma reconoce la existencia de dos Anas, la que muestra al mundo y la que esconde en lo más profundo de su ser. Quiere ser periodista y/o escritora, y planea usar su diario al terminar la guerra como testimonio de la misma. Con su madre se lleva muy mal, se vive peleando con ella, la desprecia y le pone ápodos para no llamarla 'mamá'. Adora a su padre (aunque llegué a dudar del cariño exagerado que tiene por él, ya que fue quien terminó publicando el diario) al quien cariñosamente llama 'Pim'. Y con su hermana Margot se lleva masomenos, aunque la describe como a una chica bastante insulsa y con falta de carácter.
Mi relación con Ana a lo largo del diario fue complicada, después de quejarme un poco de su forma de ser descubrí la razón. Ana es geminiana, igual que yo, y siempre tiendo a tener relaciones bastante bipolares con otras geminianas. Pero, a fin de cuentas no puedo juzgarla porque reconozco que a su edad tenía los mismos problemas... y en muchas cosas somos bastante parecidas.
En conclusión, a pesar de volverse tedioso por momentos (e incluso un tanto somnífero) creo que cualquiera debería leer el diario de Ana. Como dije, es el testimonio de una época relatado por una adolescente judía. Las reflexiones de Ana hacen que la entendamos y que se gane un lugar dentro nuestro.